No eres ella. Pero quieres su nariz - Rinoplastia, deseo y errores comunes en consulta

Cada vez que alguien me dice que quiere la nariz de una famosa u otra persona, me cuesta no fruncir el ceño. Si esa es la primera frase en una consulta de rinoplastia, ya empezamos mal.

Porque la cirugía estética no es una tienda de catálogo. Y un rostro no es una plantilla para copiar y pegar. La nariz de Bella Hadid, de mi hermana, de cualquier celebridad o conocido sólo funcionan porque está en el contexto de su cara, de su estructura ósea, de su tono de piel, de su energía. Me atrevo a decir que usted no quiere esa nariz… Usted quiere lo que representa.

¿Qué pasa si quiero operarme la nariz como alguien más?

Estudios de la Universidad de Stanford han mostrado que quienes consumen más contenido de celebridades y redes sociales tienden a presentar niveles más altos de insatisfacción corporal, especialmente cuando el deseo estético está basado en referentes externos e idealizados. En Colombia, estudios del Instituto Nacional de Salud Mental han encontrado que la presión por cumplir con estándares de belleza se manifiesta desde los 11 años.

Cada nariz tiene su propio mapa: hueso, cartílago, piel, ángulo, luz. Cambiarla sin entender el rostro como totalidad es como ponerle el pico de un colibrí a un águila. Puede sonar bonito, pero no vuela. Y eso, en vez de mejorar la autoestima, puede ser lo peor.

La belleza es proporción, no imitación. Y si algo he aprendido en consulta es que lo que muchas pacientes buscan no es la rinoplastia de una famosa: está hablando de reconocimiento. De pertenecer. De conquistar. De sentirse suficiente en un mundo que premia lo simétrico, lo filtrado, lo clonado.

La valentía de ser uno mismo

Traer una foto de referencia no es un problema. El problema es cuando esa referencia reemplaza la conversación real con uno mismo. Admirar un rostro ajeno es humano. Desear encajarlo sobre el propio, es otra cosa.

¿Realmente quiere cambiar su nariz… o quiere cambiar la forma en la que el mundo la mira? Esa diferencia lo es todo. Y justo ahí, comienza lo que de verdad importa:

La nariz ideal no es la de una famosa. Es la que hace que el resto de su cara se vea más suya. Si alguien viene a mi consulta en Bogotá buscando esconderse, parecerse a alguien más, borrar algo de su historia… ahí no hay bisturí que ayude. Yo no opero para tapar. Opero para revelar.